El Soul nació en Estados Unidos
en la década de 1950 a partir de la mezcla de diversos estilos musicales como
el rhythm & blues, el góspel y el jazz. En las iglesias evangélicas de
Georgia, Philadelphia o Mississippi estaban los pioneros: Sam Cooke, Ben E.King
& The Drifters y Ray Charles.
Resulta difícil
determinar dónde empieza el Soul, pero queda claro que sirvió para que los “ciudadanos
de segunda”, que por entonces debían ceder el asiento en el ómnibus, llevaran
su música de la iglesia a la calle, luego a las radios locales y clubes de
baile. También fue una buena salida laboral para cualquier
ciudadano negro que cantara bien. Así surgieron varias estrellas desde sellos
discográficos como Motown de Detroit y Stax en Memphis.
El mismísimo Martin Luther King
utilizó el Soul como medio para difundir su mensaje, “I’m Black, I’m Proud” gritaba
James Brown. Tiempo después, la industria y la
comunidad blanca prestó atención a esta música, que continuó en los 70, con Stevie Wonder, por ejemplo.
El Soul encarna la lucha entre lo
sagrado y lo profano, es arte afroamericano que sintetiza la palabra del evangelio
y la música del diablo, representada por el Blues, el Jazz y el Rhythm &
Blues.
De la mano de James Brown llegaría luego el Funk, centrado en el groove y poniendo énfasis en el primer tiempo
del compás. Se trata de un sonido más crudo y visceral, con protagonismo de lo
rítmico y fuertes líneas de bajo.
Papa's Got A Brand New Bag (James Brown,
1965) es considerado el primer Funk, que se consolidó años después con su otro éxito: Get Up
(I Feel Like Being a) Sex Machine.
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